[Artículo de opinión de Carlos Peñafiel, concejal del grupo municipal de Ciudadanos en Murcia]

Con la llegada de la crisis hemos visto como algunos miembros de la clase política han tratado de defender lo indefendible, bajando el nivel y la calidad de vida de la mayoría como consecuencia de políticas que han ayudado a los de siempre.

Estas políticas no son nuevas, las llevamos sufriendo muchos años. Son políticas centradas en dar espectáculo, mientras que se suben los impuestos para costear errores irresponsables y se disminuyen los servicios y su calidad, a la vez que se beneficia a las empresas de amiguetes que “oye, después se tendrá que vivir de algo al salir de la política”.

Y los ciudadanos se han dado cuenta, y no toleran más estas actitudes. Esto provoca que gobiernos populistas como el de Alexis Tsipras en Grecia ganen las elecciones. Y la clase política se rasga las vestiduras ante este resultado.

Poco después, el 20D, los populistas entran con fuerza en nuestro Parlamento nacional, haciendo que el partido ganador perdiera uno de cada tres representantes, y haciendo que tanto el primer como el segundo partido más votado cosechasen las derrotas más abultadas de su historia. Y nos sorprendemos.

En junio de este año, los ciudadanos del Reino Unido deciden salir de la Unión Europea mediante un referéndum. Error de David Cameron, corrieron a decir los analistas políticos. Y nos asustamos.

En octubre, los colombianos dijeron ‘no’ al acuerdo de paz alcanzado entre las FARC y el Gobierno. Y nos preguntamos por qué.

Ahora, en noviembre, Donald Trump consigue la presidencia del país más poderoso política y militarmente del planeta. Los estadounidenses debían decidir entre una candidata supuestamente manchada por la corrupción, doctora en Derecho y con el apoyo incondicional del presidente saliente; o un empresario exitoso y populista con fuertes salidas de tono y con un nivel de educación y empatía ínfimos, pero al tiempo buen manejador de los medios y de la cultura del ‘reality show’. Preferían lo segundo. Y no lo entendemos.

El mundo ha cambiado, por más que muchos no se quieran dar cuenta. Los ciudadanos ya no quieren a los representantes que han tenido tradicionalmente ni a sus políticas, y parece que algunos no se quieren dar cuenta. No quieren sus políticas anunciadas a bombo y platillo, pero que tardan siglos en llegar a la calle. Simple y llanamente, porque cuando llegan, en muchas ocasiones ya no se necesitan por haber llegado demasiado tarde.

La gente lo que quiere es ese trabajo que no llega, unos impuestos más justos, más bajos, y mejor empleados por las administraciones, políticos no salpicados por la corrupción, una educación de calidad real y una justicia rápida, manteniendo la calidad de los servicios que ya la tienen.

Mientras los que mandan se sigan peleando con argumentos como el ‘y tu más’, el ‘quítate tú para ponerme yo’, el ‘necesito un trabajo, enchúfame en la Administración’ o el ‘haz lo que quieras, que los votantes tienen la memoria muy corta’, seguiremos condenados al estancamiento y a merced del populismo.

Carlos Peñafiel
Concejal de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Murcia.