La formación pide rebajar el tipo que se aplica, el quinto más alto de la Región, y que el Ayuntamiento pida una revisión de los valores catastrales, situados ahora en los niveles de 2008, en plena burbuja inmobiliaria
Molina de Segura, domingo 18 de junio-. Ciudadanos ha reclamado hoy al equipo de Gobierno que aplique las medidas necesarias para reducir la enorme carga impositiva que los molinenses soportan, especialmente en el caso del Impuesto de Bienes Inmuebles. La agrupación local naranja ha desvelado que el tipo de este impuesto municipal en su faceta urbana que se aplica en Molina de Segura es el quinto más alto de toda la Región, con un 0,74 frente al 0,51 que se aplica en Águilas o el 0,52 de Alhama de Murcia. “Por el contrario, solo cuatro municipios (Cehegín, Fuente Álamo, Los Alcázares y Aledo) tienen este tipo impositivo más alto que en el caso de Molina de Segura”, señala el portavoz de la agrupación molinense, Javier Real.
Ciudadanos considera que la primera medida para reducir el impacto de los recibos del IBI en Molina de Segura -más de 56.700 por un monto total de 19,5 millones de euros según los datos de la propia Comunidad Autónoma- “sería aplicar de inmediato una reducción del tipo, para adecuarlo y acercarlo más a la media regional, que está situada en el 0,63 frente al 0,74 que aplica el consistorio molinense”. Real considera también que sería “deseable” que el Ayuntamiento solicitase una revisión de los valores catastrales a los que se aplica ese tipo, ya que están revisados por última vez en 2008, “justo en el momento álgido de la burbuja inmobiliaria, lo que supone seguro una distorsión de dichos valores al alza, lo que a su vez repercute en unos recibos más altos para los vecinos, tanto los que residen en el casco urbano como en las pedanías y las urbanizaciones”.
Ciudadanos también quiere que la clasificación de suelo urbanizable que establece la Ley del Suelo regional tenga una consideración propia a efectos del IBI o, al menos, que se establezca un baremo claro a la hora de gravarlo, ya que hasta ahora entraba siempre a efectos fiscales como urbano, lo que suponía un mayor coste para los vecinos. “Hemos tenido constancia de terrenos sin las más mínimas infraestructuras urbanas -desde alumbrado público a encintado de aceras o asfaltado de las calzadas- que eran valorados como suelo urbano, lo que suponía que sus propietarios tributaban al tipo del 0,74 por terrenos que en poco se diferenciaban de los rústicos”, ha añadido el portavoz de la agrupación.